En este mundo que vivimos de frases motivacionales y de permanente aparentar hay un pequeño factor, que casi siempre acompaña al éxito, que se tiende a minusvalorar: la suerte.
Obviamente, pensar que todo el que tiene éxito es cuestión de suerte es cosa de necios pero obviar la existencia de la suerte lo es aún más.
La frase “La gente dice que tengo suerte pero trabajo 16 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año” atribuida a Elon Musk, llena posts y muros en todas las redes sociales. Parece que Musk es un currante nato y que los que no lleguen o lleguemos a triunfar somos unos vagos.
Nada más lejos de la realidad. La inmensa mayoría de los empresarios y emprendedores que conozco viven por y para su negocio. Su negocio es su vida; sus empleados, su familia. No nos permitimos el lujo de desconectar 8 horas, como Musk, sino que hasta durmiendo pensamos en cómo mejorar nuestro producto, nuestros procesos. Soñamos con nuestros clientes y competencia. Vivimos 24/7 pensando en nuestra empresa.
Y muchos cerrarán. Muchos no tendrán éxito. Muchos de aquellos que cierran tenían un análisis perfecto de la competencia y del mercado pero de repente cambiaron una ley o el trazado de una autovía, o alguna multinacional decidió cambiar sus planes o simplemente un Zara cambió de calle y el flujo peatonal varió condenando sus cálculos al fracaso.
El esfuerzo, el trabajo y la dedicación son condición sine qua non para triunfar, pero no la única. Todos necesitamos un poco de suerte.
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! Suerte ¡
